¿Por qué no podemos admitir que nuestras vidas están vacías,
tan vacías como el desierto en que vivimos, y por qué nos pasamos la noche contando ovejas o fregando los platos con el corazón alegre?
No alcanzo a entender por qué debiera ser interesante la historia de nuestras vidas.
Se me ocurren de continuo pensamientos sesgados a propósito de todas las cosas.
1 comentario:
¡Qué bien aludir al gran Coetzee!
Digamos que aunque el diario de un mal año termine tan pronto, él seguirá pregonando su nombre y todos lo escucharemos como el primer día.
Recibe un saludo desde Cuernavaca
A seguri escribiendo; no hay de otra
Publicar un comentario